Bienvenidos rondadores de las sombras de nuestros sueños.

Seguro que en este momento os estáis preguntando la finalidad de esta página.

Es sencillo, somos un grupo de soñadores que desean entretener al lector con sus historias y compartir sus mundos imaginarios con aquellos que deseen pasar un rato disfrutando de aventuras escritas por nosotros mismos.

Con la finalidad de pasarlo bien, os invitamos a que os adentréis a "Origen de la Realidad" y espero que nuestras historias te enganchen y nos veamos a menudo. Se bienvenido.

domingo, 2 de octubre de 2011

La Compresión de Realidades-Cap.11:Gladiadores del Infierno.

Le llevaron a una pequeña mazmorra iluminada sólo por una antorcha. Xardin se sentó en el suelo y empezó a pensar en sus opciones. ”Está claro que no me va a soltar. Apostará en mi contra y si gano no me soltará. En el caso de que consiguiera sobrevivir a más combates querrá seguir apostando, esta vez por mí, en cuyo caso tampoco me soltará. Bueno, al menos la excusa de que estaba persiguiendo a un ratero que me había robado ha colado. Si pudiera comunicarme con mis amigos… No, de momento tendré que arreglármelas solo.”

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el hombre que le interrogó antes, que entró andando pesadamente. La verdad es que para ser un Demonio no parecía nada del otro mundo. Se apoyó en la pared junto a la antorcha para que su preso le viera bien.

-Mañana es tu gran debut, pistolero. Pero yo, Salazar, te doy mi palabra de que si nos sirves bien te soltaré.

-Una oferta muy generosa.

-Espero mucho de ti. No me decepciones.- y abandonó la mazmorra riéndose. Xardin permaneció en silencio en la oscuridad mientras los ecos de la risa del grotesco Demonio llenaban las mazmorras.
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-Ya lleva horas fuera. Le ha tenido que ocurrir algo.- Allan ya estaba empezando a preocuparse.- Tenemos que salir a buscarle.

-Pero tenemos que reunirnos con Garret, ¿no?- dijo Chris.

-Quizá debamos dejarlo para otro momento. No podemos perder ahora a un amigo después de lo que hemos pasado.- dijo Rass.

-Tal vez no sea necesario. Id vosotros dos con él, yo me encargo de buscar a Xardin.

-¿Estarás bien sólo?

-Sí, no os preocupéis.- Allan cogió su espada y se fue del ático.

Chris y Rass también cogieron sus cosas y se marcharon al lugar en el que debían reunirse con Garret. Caminaron por las peligrosas calles de la ciudad. No pasaban desapercibidos por donde iban, todo el mundo les miraba pero no se atrevían a acercarse, cosa que los dos amigos atribuyeron a las espadas que llevaban bien a la vista. Entraron en un club llamado Devil´s Club. ”No es muy original” pensaron los dos amigos. Se abrieron paso entre la gente que bailaba a ritmo de música metal. Avanzaron hasta una puerta custodiada por dos hombres altos vestidos completamente de cuero negro, calvos y llenos de piercings por toda la cara.

-Venimos de parte de Allan. Garret nos está esperando.- dijo Rass a los gorilas inmóviles. Sin mediar palabra, los dos hombres se hicieron a un lado y dejaron pasar a los amigos. Subieron por una escalera hasta llegar a un palco desde el que se gozaban de las vistas de todo el club. Allí encontraron a un hombre de color con una larga melena con rastas, el torso desnudo y disfrutando de las atenciones de dos hermosas chicas desnudas. Cuando reparó en sus invitados las hizo marcharse. Se levantó del sofá en el que estaba sentado y se encendió un puro.

-Así que vosotros sois los que supuestamente me van a ayudar con mi problema. Sólo sois unos críos. ¿Me pregunto qué pasaría si…?- sin terminar la frase sacó dos cuchillos de a saber dónde y atacó a Rass, que esquivó el primer golpe, y seguidamente atacó a Chris que paró el cuchillo con la katana lo que dio tiempo a su compañero a desenvainar el enorme espadón y atacar a Garret que esquivó el golpe dando un mortal hacia atrás. Esta vez no le dieron tiempo a recuperarse y los dos amigos atacaron acompasadamente mientras el hombre esquivaba y defendía, y entre medias seguía fumando su puro. Paró de nuevo con cada cuchillo las espadas de los jóvenes e hizo una señal para que pararan. Empezó a reírse como un maníaco enseñando unos dientes perfectamente alineados y blancos.- No está mal, jajaja. Hablemos de negocios.- Se sentó otra vez en su sofá. Les ofreció un puro a sus invitados, que rechazaron.

-¿Se puede saber a qué ha venido eso?- quiso saber Rass.

-¿Es que no te has divertido? Porque yo mucho.-volvió a reírse.

-Me está cabreando este tío.- Chris iba de nuevo con la espada a por Garret pero Rass le detuvo.

-Sí, así me gusta, gente con carácter. Bien, vayamos con el tema de los asesinatos.- este hombre no se andaba por las ramas.

-Creo que ha habido un malentendido. Nosotros no matamos. Teníamos entendido que con echar a esos que te dan problemas bastaba.- dijo Chris.

-Me da igual lo que hagáis. Sólo quiero que esos dos dejen de meterse en mis negocios.

-Sabes defenderte bastante bien, ¿por qué no te encargas tú mismo de ellos?

-Porque soy alguien muy ocupado…si, mucho.

-Sí, y las dos de antes te ayudan con el negocio, ¿no?

-Es que me estresa que las cosas no me funcionen, y cuando me estreso necesito sexo, y si tengo sexo no trabajo y vuelvo a estresarme… es un círculo vicioso muy complicado. Imposible, imposible. Prefiero dejarlo a otros.-le dio otra calada al puro. Los dos amigos no paraban de pensar que este hombre era un payaso pero si Albel lo recomendó sería por algo. O quizá se burló de ellos.

-¿Por qué no nos hablas un poco de los objetivos?

-De acuerdo.- dio otra calada al puro y se acercó a un escritorio todo lleno de papeles. Empezó a rebuscar y desordenarlo todo aún más si eso era posible.- Aquí están.- Les arrojó a cada uno una foto. La foto que tenía Rass mostraba a un hombre de rasgos duros, con una mandíbula ancha y una nariz prominente. Tenía el pelo blanco y corto y ojos de color carmesí. Chris en su caso, contemplaba a un hombre con rasgos más finos y atractivos, tenía una larga melena negra y ojos azules. Intercambiaron las fotos. Eran como la noche y el día.- Esos son los sujetos en cuestión. Los hermanos Travis y Nevian Larsson. Sabemos poco más de ellos salvo que son espadachines expertos y que me están arruinando.

-¿De verdad son hermanos?

-Eso se dice por las calles. Encargaos de ellos y yo os ayudaré con lo que me pidáis. Si Seraph El Traidor responde por vosotros es lo mínimo que puedo hacer.

-¿Seraph El Traidor?

-Así es como se conoce a Albel por aquí.

-¿Por qué le llaman así?-quiso saber Chris.

-No me apetece dar clase de historia, ¿aceptáis el trabajo o no?

-De acuerdo, pero son dos objetivos por lo que el precio será doble.- dijo Rass.

-JAJAJAJAJA, me encantáis chavales. De acuerdo, ¿qué más queréis aparte de lo acordado con Allan?

-Dejémoslo en que nos deberás un favor…
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Las gradas estaban que rebosaban, el público estaba sobreexcitado con la novedad del nuevo aspirante que luchaba en la Arena. Xardin estaba nervioso, esta sería su primera experiencia de combate real y aunque estaba bastante seguro de sus habilidades jamás había matado a nadie y siendo el Infierno seguro que no admiten rendiciones. La Arena era el típico coliseo romano, solo que hecho de un material verdoso que Xardin no había visto nunca. Lo extraño era que no había más contrincantes, al menos que él hubiera visto. Las puertas de metal empezaron a ascender dejando a la vista la enorme extensión. Xardin salió lentamente mientras oía a la ingente muchedumbre abucheándole. Pudo distinguir en las primeras filas a su carcelero “favorito” observándole con una sonrisa.

A lo lejos vio a un hombre vestido como los guardias de la puerta del castillo que conoció en su primera y única incursión. Cuando se acercó, esta vez pudo distinguir el símbolo color jade de la túnica. Un cuervo con las alas extendidas rodeado de llamas verdes. El hombre le quitó los grilletes de las manos y le entregó sus pistolas. A continuación procedió a explicarle las reglas:

-Hoy toca ejercicio de supervivencia. Es lo que todos los novatos tienen que pasar. Vas a enfrentarte a 100 Midians. Debes matarlos a todos, por supuesto. No hay límite de tiempo y puedes usar las habilidades que quieras.- dicho esto, el guarda se fue desapareciendo literalmente de la vista de Xardin.

Las puertas de la Arena comenzaron a abrirse y salieron los Midians rápidamente hacia su objetivo. No había tiempo para pensar, o matar o morir. De todos modos los Midians sólo son seres artificiales. Xardin apuntó y disparó. Las balas atravesaban los cráneos de los Demonios como si nada. Xardin esquivaba los golpes y seguía disparando. Iban cayendo, veinte, treinta; ya no pensaba, sólo apuntaba y apretaba el gatillo, sesenta, ochenta. Cuando quiso darse cuenta ya estaba disparando el último tiro. Jadeando, se puso de rodillas mientras los aullidos de los espectadores llenaban el coliseo.

Le temblaban las manos. No de miedo, no de nerviosismo, sino de un repentino éxtasis que le recorría el cuerpo, el éxtasis de haber sobrevivido a su primera batalla. El entrenamiento al que les sometió Albel había dado sus frutos con creces. Sonreía mientras miraba a Salazar, que no parecía nada complacido por el espectáculo que acababa de presenciar. El guarda volvió a aparecer al lado del joven vencedor para volver a llevárselo a su celda. Una vez allí, volvió a aparecer el obeso Salazar muy enfadado, pero trató de contenerse.
-Has tenido suerte, novato.

-¿No dijiste que si ganaba me dejarías ir?- Xardin ya conocía la respuesta.

-No te dije que con un solo combate pudieras salir. Tienes que ganarte tu libertad.-dijo sonriendo.

-Ya… ¿cuánto has perdido hoy entonces?- Salazar dejó de sonreír. Su ira crecía por momentos, nadie se atrevía a faltarle al respeto en sus dominios pero este sujeto tenía la lengua muy larga. Si no le había matado aún, era porque podía sacar provecho de la nueva situación. Aún tenía que decidir cómo… pero un pequeño castigo no lo mataría.

- Esta noche no cenarás, a ver si así aprendes. Tienes suerte que no te vuelva a enviar a la cámara de tortura.

Las puertas se cerraron dejando de nuevo al prisionero en la oscuridad.
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Allan estuvo observando el combate de su amigo y después de asombrarse por su actuación intentó seguirle después de que se lo llevaran. Como supuso lo llevaron al Castillo, le custodiaban varios guardas vestidos de negro. Parecían profesionales, por lo que consideró conveniente no enfrentarse a ellos. Tenía que haber alguna manera de meterse dentro.

¿Pero cómo hacerlo?

1 comentario:

  1. Hay un par de cosas que comentar:

    "Chris y Rass también cogieron sus cosas y se marcharon al lugar en el que debían reñirse con Garret." Será reunirse, ¿no?

    "-¿Es que no te has divertido? Porque yo mucho.-volvió a reírse." Esta frase me suena rara... sería más como: "Porque yo sí...y mucho" A si me suena mejor.

    "Las puertas de la Arena comenzaron a abrirse y salieron los Midians rápidamente hacia su objetivo. No había tiempo para pensar, o matar o morir." No estaría de más que explicaras un poco que son los Midians, y creo que la frase tendría que ser matar o morir, sin la o del principio.


    Me ha gustado más esta historia que la principal, no sé si era porque no la conocía o que, pero me ha gustado bastante más, solo una última pega, a veces es confuso saber a quien pertenecen los diálogos, creo que tendrías que especificar más. Aun así muy chula la historia y me gusta bastante como enfocas a los distintos personajes, contando momentos distintos ^^

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