La Compresión de Realidades-Cap.2:La Compresión.

Despertó de golpe al oir una fuerte explosión. El bosque parecía que estaba en calma aún, pero estaba claro que algo no iba bien. Su fino oído podía captar a sus presas a kilómetros de distancia y su olfato era bastante más fino que su oído, pero ahora solo podía oir silencio y oler el frescor de los árboles después de una fuerte lluvia. Se incorporó de un salto con una gracia felina y no iba desencaminada la cosa, pues los Gamareth son mitad bestia, mitad hombres. Era alto, de unos dos metros y medio de altura, poderosos músculos y ágiles piernas, pelo largo y castaño y unos ojos ambarinos capaces de ver en la más absoluta oscuridad. Sus facciones eran tanto humanas como animales, mandíbula ancha que albergaba afilados colmillos, su nariz era ancha también y parecía más bien un hocico, aún así su expresión denotaba inteligencia y profundidad. Su ropaje era escaso, pues así podía moverse mejor para cazar, solo llevaba un chaleco rojo con runas y unos pantalones cortos a juego con su chaleco, en sus poderosos brazos había unos guanteletes negros, pensados exclusivamente para la lucha. Y sus pies estaban descalzos.



Corrió a través de los árboles a gran velocidad hasta salir del bosque. No pudo dar crédito a lo que vio. Lo que ayer era una extensa llanura verde y viva, ahora era una tierra yerma y muerta, un espacio monocromo donde nada podría sobrevivir. Sin embargo, en mitad de esta tierra sin vida, vio un edificio, uno que no había visto en su vida ,ni siquiera parecía que fuera arquitectura de estas tierras. No era excesivamente alto y estaba hecho de piedra. Era realmente grande la extensión que ocupaba el edificio, pues a pesar de no ser muy alto, parecía que varias construcciones estuvieran unidas. "Quizá era la Residencia de algún noble" pensó el Gamareth, pero parecía abandonada. Decidió adentrarse.

Entró por una puerta doble de color verde. Se encontró con un largo pasillo y unas escaleras a su derecha, no había un solo ruido. De verdad estaba abandonado, o eso pensaba hasta que su potente olfato detectó un olor conocido...carne humana. Siguió el olor por el pasillo de enfrente y torció a la derecha por otro extenso pasillo. A ambos lados había enormes ventanales por los que se veía la devastación del yermo que había fuera. Pasó por varias puertas de habitaciones con muchas mesas , muchas de ellas tiradas por el suelo, las ventanas rotas y...varios cadáveres en el suelo. Estaba claro que esto era una escuela y que algo, lo mismo que había devastado el exterior, había asesinado a estas pobres criaturas. Pero había alguien vivo, en alguna parte podía olerlo. Continuó por el pasillo hasta llegar al final , donde había otra puerta hacia otro habitáculo. Este lugar no era diferente, todo destrozado y más cadáveres, salvo por un chico tirado en el suelo que parecía estar vivo. Se acercó con cuidado y volvió a olfatear, sin duda era este chico lo que había olido. Le sacudió un poco para despertarlo pero no había reacción .Después de un rato intentándolo, le dio un mordisco en el brazo. El chico despertó de un salto.

Estaba un poco desorientado, le dolía la cabeza(algo nuevo para él) y ahora gracias al individuo de dos metros y medio que estaba ante él, le dolía el brazo. El aspecto bestial del desconocido no le impresionó demasiado, lo que más le chocaba en ese momento era la imagen de sus compañeros muertos en el suelo de la clase, pero sus amigos no estaban allí. Eso sería algo bueno esperaba. Cuando se repuso del shock, se fijó en su acompañante. Recordó las palabras de aquel hombre"Mandaré a alguien a buscarte" Sin duda, no era esto lo que esperaba.

-¿Te encuentras bien?-preguntó el enorme hombre. Su voz, a pesar de su apariencia, era bastante profunda, infundía tranquilidad.

-¿Qué ha pasado?¿Por qué están todos muertos?

-No lo se,cuando llegué esto estaba así.

-Y tu amigo,¡¿no podría explicarme por qué no ha hecho nada?!-agarró al inmenso hombre por el chaleco.

-Cálmate chaval-le apartó de sí-¿Amigo?¿de qué amigo me hablas?

-¿No te han mandado a buscarme?

-En absoluto, vine porque oí una explosión en esta zona y encontré este edificio en medio del yermo.

-¿Yermo?-Neil se acercó a la ventana. La visión le destrozó. No había nada, absolutamente nada. Se le escapó una lágrima. ¿Acaso lo había perdido todo? Se quedó un rato observando el inmenso terreno vacío que, instantes antes, era una gran ciudad. Sintió como una enorme mano se posó en su hombro.

-Lo siento pequeño…

-Neil.-le interrumpió.-Me llamo Neil Sheridan.

-Yo soy Dorian-dijo el gigante sonriendo.-Venga,salgamos de aquí.Te llavaré a un lugar seguro.

No podía concebir la idea de haber perdido a sus seres queridos, pero Dorian tenía razón, había que irse de ahí. Salieron del aula y siguieron por el pasillo. Al final de este vieron a una mujer. Era morena, con un vestido negro que dejaba la palabra "sugerente" bastante corta y tenía un par de alas negras pequeñas. Cuando se cercioró de que la habían visto se dió la vuelta y se marchó. Ellos la siguieron corriendo. Neil no estaba realmente atento, pero para un cazador como Dorian estaba claro que les estaba guiando por donde ella quería. Debían mantener la guardia. La siguieron hasta la segunda planta, y después hasta el laboratorio de biología. Cuando entraron, ella les estaba esperando frente a un portal de oscuridad.

-Venid conmigo.-se limitó a decir la bella mujer mientras una sonrisa pícara asomaba a su rostro.

-¿Y por qué deberíamos bella dama?- preguntó Dorian.

-Si queréis respuestas y hacer algo al respecto sobre lo que ha pasado deberíais venir.

-¿Crees que deberíamos fiarnos?-dijo Neil.

-No,pero no tenemos una mejor pista por el momento. Además, no parece haber signos de vida en varios kilómetros. De momento veamos qué pasa. No te preocupes, te protegeré de lo que venga.-le dio una palmada en el hombro.

-¿Vuestra respuesta?-preguntó la chica sin quitar su sonrisa burlona. En un rápido movimiento, lo que debió ser una milésima de segundo, Dorian se colocó detrás de la mujer y apuntó con sus garras a la garganta de la chica.

-Por tu propio bien espero que no sea un engaño...o te convertirás en la cena.- Neil acababa de ver una faceta en su recién conocido acompañante que le asombró, calmado y sereno al principio, ahora realmente sus ojos reflejaban su instinto animal. La chica, sin embargo, no parecía muy preocupada, ni siquiera intentó moverse.

-Entonces ,¿nos vamos?-seguía sonriendo. Dorian empezó a ponerse nervioso, a pesar de que ella mostrara indiferencia, sabía que su amenaza había quedado clara... pero ella seguía sonriendo.

-Te seguimos.-dijo el Gamareth apartándose a un lado. La chica entró. Después Dorian le guiñó un ojo a Neil y se internó en el portal también.

Neil miró hacia atrás con tristeza. Esperaba que todo fuera otra pesadilla y que se despertaría, que se daría la vuelta y aparecerían sus amigos por la puerta quejándose de lo horrible que había sido el examen, pero lo único que vió fue la vasta extensión de tierra muerta que le hizo darse cuenta de que realmente esto no era un sueño. Aún así, esperaba que sus seres queridos se encontraran bien. Tenía que conservar esa pequeña esperanza porque sin ella, no había motivos para seguir.