Bienvenidos rondadores de las sombras de nuestros sueños.

Seguro que en este momento os estáis preguntando la finalidad de esta página.

Es sencillo, somos un grupo de soñadores que desean entretener al lector con sus historias y compartir sus mundos imaginarios con aquellos que deseen pasar un rato disfrutando de aventuras escritas por nosotros mismos.

Con la finalidad de pasarlo bien, os invitamos a que os adentréis a "Origen de la Realidad" y espero que nuestras historias te enganchen y nos veamos a menudo. Se bienvenido.

martes, 30 de agosto de 2011

Origen de la realidad. Capítulo 2.2 Vagar


Fue a su casa y allí, entre tanto guardia, estaban sus niños, abrazados por la señorita...por la señorita Rémington, la mujer de los servicios sociales. Era una mujer joven, pero su expresión era la de una anciana cansada de la vida, amargada. Parecía que no tuviera vida dentro de ella.

Parece que al final si que podría separarlos de ella. Erika se envalentono, su bruma se volvió de un color granate y elevó la mano con la palma abierta para intentar abofetear a aquella odiosa mujer. Pero su mano simplemente se volvió intangible cuando alcanzo su piel y se disperso nuevamente en humo, que rápidamente al separarse, volvió a tomar la forma de una mano.

-Señorita Rémington, la policía no quiere que estos niños salgan de la casa hasta que el comisario de la orden de....

-Dígale al comisario que estos niños están tremendamente afectados y que no pueden responder preguntas sobre la inadecuada vida de su hermana, así que me los llevo.

-¡¡No tan rápido!!.

Los niños intentaban zafarse del agarre de la mujer, cuando una voz potente entro por la puerta. Era la secretaria de Eric y posiblemente la mejor amiga de Erika, Sara. Empezó a discutir con la señorita Rémington sobre como ahora esos niños eran responsabilidad suya, y que también se encargaría el señor Eric de ellos, pero que ninguna mujer de servicios sociales les tocaría un pelo. Los niños se abrazaron a Sara. Y Erika se sintió inútil, ya no la necesitaban....era momento de irse y dejarles continuar.

Y llego la parte más difícil, encontrar donde ir, era un espíritu vagante y eso hizo, vagar. Durante años Erika vagó mientras la pena de su pecho la consumía segundo a segundo.

Recorrió desiertos, ciudades, selvas, carreteras, océanos, prados, montañas.....pero su viaje no terminaba, no entendía nada y no sabía que buscar. Su expiación puede que nunca tuviera fin....y llego un momento, en que la desesperación la envolvió totalmente y ya solo se movía por impulso, sin poder llegar a ninguna parte hasta que la bruma que la formara, se disolviera totalmente.

Pasaron siete años desde que empezó su viaje hacia ninguna parte, sin paradas ni descansos. Y entonces pasó, todo cambió. Se encontraba recorriendo una calle a la luz del sol primaveral, aunque, no podía sentir ni el sol, ni oler las plantas que estaban floreciendo. Andaba paralelamente a la calle de un instituto....y allí pasó........Les encontró.

Erika se quedó maravillada al ver a un joven que se encontraba subido en una rama, que sobresalía de una tapia, de lo que parecía ser un instituto, al que pertenecía el árbol. Su cabello plateado y corto, brillaba a la luz del sol, sus ropas parecían fuera de cualquier moda o estilo conocido. Pantalones oscuros, camisa azul oscuro, chaqueta negra y guantes con las puntas recortadas de un color purpúreo.

En ese momento el joven giró su cabeza y Erika pudo contemplar sus bellos ojos azules, un tremendo pinchazo en el pecho le hizo volver a aventurarse en sus recuerdos hasta hallar los ojos azules, los cuales eran los que le producían esa terrible pena....Eric.

El joven estaba mirando en su dirección, Erika se giro para ver que era o que estaba viendo, pero no había nada, solo una calle tranquila sin tráfico ni gente pasando. Erika no podía entender que estaba contemplando con ese gesto de confusión. Al final ella decidió empezar a moverse y el cambió su cara, intentando conseguir una sincera sonrisa, que acabo siendo una sonrisa forzada.

-Hola buenas, hace buen tiempo, ¿eh?

Ella le miro extrañada, parecía como si hablara con ella, pero llevaba demasiado tiempo sabiendo, que eso, no era posible, así que, se dispuso a seguir su camino sin importarle lo mas mínimo las conversaciones de ese joven de bello semblante, cuya afición era hablar solo.

Al dar dos pasos Erika se detuvo en seco, Algo le estaba presionando el brazo, impidiéndole continuar la marcha. Cuando se giró no podía creer lo que estaba viendo. Aquel joven estaba amarrándola del brazo, de su brumoso brazo que ahora tenía todo el aspecto de un brazo, incluso parecía volverse más definido.

-Lamento ser tan brusco con usted, señorita, pero me gustaría… si no es mucha molestia, mantener una conversación con usted.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sé respetuoso con tus comentarios y, si realizas alguna crítica, que ésta sea constructiva.