Bienvenidos rondadores de las sombras de nuestros sueños.

Seguro que en este momento os estáis preguntando la finalidad de esta página.

Es sencillo, somos un grupo de soñadores que desean entretener al lector con sus historias y compartir sus mundos imaginarios con aquellos que deseen pasar un rato disfrutando de aventuras escritas por nosotros mismos.

Con la finalidad de pasarlo bien, os invitamos a que os adentréis a "Origen de la Realidad" y espero que nuestras historias te enganchen y nos veamos a menudo. Se bienvenido.

domingo, 4 de septiembre de 2011

La Compresión de Realidades-Cap.7:Llegada a Lidiera.

A primera hora de la mañana llegaron a Lidiera. Las calles estaban desiertas, aún las gentes no se habían despertado. El sol comenzaba a iluminar los pequeños edificios de piedra con sus débiles techos de paja mientras los viajeros caminaban entre las silenciosas calles. Llegaron a la plaza central, donde había una enorme fuente de agua. Las primeras luces del día se reflejaban en el agua dando un brillo místico a la fuente. Rackzel los juntó a todos:

-El tiempo apremia, pero después de los últimos acontecimientos nos vendrá bien despejarnos. Podéis recorrer el pueblo y alrededores, daros una vuelta, iros de compras...lo que queráis.-miró al reloj de la iglesia.-Son las siete de la mañana. A las dos de la tarde continuaremos el camino. Yo tengo unos asuntos que atender. Recordad, a las dos nos encontraremos aquí.-dicho esto se marchó. Lust también se marchó por su cuenta sin decir nada. Se quedaron Sephirken, Dorian y Neil solos.

-Bueno chicos, me voy a cazar un poco y a echar una siestecita. No me gusta mucho estar entre grandes multitudes.-dijo Dorian.-¿Alguien quiere unirse?-el elfo oscuro y el Ángel negaron con la cabeza al mismo tiempo.-Bueno, vosotros os lo perdéis.

Sephirken y Neil se miraron durante un rato. La verdad es que eran polos opuestos, ni siquiera se sentían cómodos estando juntos.

-¿Tú qué vas a hacer?-preguntó Neil.

-Me quedaré contigo.-dijo suspirando-Rackzel me lo ha pedido ya que eres nuevo por aquí. Aunque no creo que convenga que te vean con un elfo oscuro.

-¿Y eso por qué?

-No importa.-desvió la mirada a otro lado como si se avergonzara de la respuesta.

-¿Por qué pareces tan molesto?

-No me gustan los faroles ambulantes.


-Ni a mí los canosos que van de chulos. ¿Se puede saber qué he hecho para caerte tan mal?

-Como ya he dicho, no me gustan los faroles ambulantes, ¿te lo digo más claro?

Neil no entendía nada de ese elfo pero había conseguido enfadarle. Neil le lanzó un Rayo de Luz. Sephirken se limitó a saltar a un lado para esquivarlo.

-Típico truco de Ángel. ¿Crees que esto es un juego? Será mejor que empieces a tomarte esto en serio o no durarás mucho. Y si tienes algo que decir, dímelo con esa lanza que llevas a la espalda.

-Como quieras...


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Lust estuvo vagando por la ciudad, inmersa en sus pensamientos. Sabía que Albel era fuerte pero no podía evitar preocuparse, habían pasado mucho tiempo juntos desde que se unió a su padre y a ella en esta lucha y le quería como el hermano que nunca tuvo. Él era mayor que ella y siempre se encargó de protegerla aunque nadie se lo pidiera. De todos modos, Lust ya había decidido hacía tiempo que no quería que la protegieran. Su madre murió cuando era pequeña y Rackzel la salvó y se encargó de cuidarla. Pero estaba cansada de ser la que debían proteger.

-¿Debería volver a buscarle?-dijo para sí-no, sería una estupidez-Era consciente de que el demonio al que Albel se estaba enfrentando era demasiado poderoso para ella...al menos en este momento. Si volvía lo más probable es que muriera. Decidió que se distraería mirando en las tiendas, quizá encontraría algo interesante.

Estuvo unas dos horas paseando entre pequeños tenderos con bisutería de todo tipo, toda de imitación eso si. Collares, pulseras y brazaletes de todo tipo se encontraban expuestas sobre mantos con sus respectivos vendedores ofreciendo ofertas e intentando convencer a los potenciales clientes que su mercancía es la mejor. Pasó por varias tiendas de armas y armaduras, al fin y al cabo nunca venía mal prepararse. Estuvo ojeando varias espadas, aprendió esgrima con Albel pero aún no tenía espada propia. Al final se decidió por un estoque con la guardia en color rojo y negro, bien balanceado y ligero. Por supuesto no le costó demasiado conseguir un buen precio usando sus "dotes" especiales con el vendedor (podría sacarlas gratis, pero tampoco le gustaba abusar de su poder… más de lo necesario).

Tras conseguir un arma, decidió buscar alguna tienda de componentes mágicos o alguna librería donde hubiera algún libro de magia, pues esa era su especialidad. Siguió buscando durante otra hora más pero parece ser que en Lidiera la magia no era muy bien vista. Preguntó a varias personas pero en cuanto mencionaba la palabra "magia" la gente la evitaba. Decidió volver a usar sus dotes para sonsacar algo a los ciudadanos. Efectivamente, no había ningún sitio especializado en magia en toda la ciudad, sin embargo, consiguió enterarse de que a las afueras de la ciudad vivía un mago que fue expulsado de la Congregación.

Todo el mundo sabía que La Congregación era la asociación de magos que contaba con gran influencia en todo Ragnar. Aunque pueda sonar contradictorio, los magos son científicos y llevan a cabo todo tipo de investigaciones que, en teoría, son para el bien común aunque como en cualquier cosa en esta vida, hay de todo. Para financiar sus investigaciones aceptan trabajos por todo el mundo como si de mercenarios se trataran, son contratados como consejeros por su sabiduría y sagacidad y también se encargan de los asuntos sobrenaturales que estén más allá de las capacidades de las autoridades competentes. A pesar de esto no suelen meterse en política, aunque en más de una ocasión han tomado partido en alguna guerra. Los magos han de formarse por su cuenta ya que la Congregación no amplia los conocimientos mágicos, cada uno ha de aprender magia con un maestro que decida enseñarle o ser un genio y aprender solo, que más de una vez ha ocurrido. Lo que si te otorga formar parte de la Congregación es permiso legal para usar la magia, fondos de investigación y acceso a la ilimitada fuente de conocimiento con la que cuentan sus bibliotecas. También cabe mencionar que un elfo oscuro jamás ha sido aceptado en la Congregación, ellos ya tienen su propia Academia de magia. En cuanto a la joven semisúcubo, aprendió magia de Rackzel aunque nunca le dijo cómo la aprendió él y también el propio Rackzel la había prohibido hacer las pruebas para acceder a la Congregación.


La curiosidad por conocer un mago que fue expulsado de la Congregación se convirtió en un aliciente mejor que el conseguir los objetos que buscaba, al fin y al cabo algo muy grave tendría que haber hecho para ser expulsado y eso la llamaba mucho la atención, de modo que puso rumbo a la casa del misterioso mago. No le costó mucho encontrarla, era una pequeña casa a unos pocos metros de Lidiera, hecha de piedra también, de dos plantas, a diferencia de las del resto del pueblo y el tejado era de madera. La chimenea expulsaba humo, indicativo de que había alguien en casa.

Según se acercaba a la casa sentía una gran energía proveniente de la misma. Si el mago era listo habría protegido su hogar convenientemente, seguramente lo que ahora estaba sintiendo era un hechizo de aviso, cualquiera que se adentrara en el radio del hechizo, el lanzador sabría que alguien se acercaba. Lust no se equivocaba, oyó una voz en su cabeza, la de un hombre joven:

-¿Quién eres?-la voz no emitía ningún tipo de hostilidad…cosa que preocupaba más a Lust. Mantuvo la calma y transmitió sus pensamientos a la voz.

-Me llamo Lust y soy maga como vos. Me sentiría honrada si me permitierais tener una audiencia con usted.

-¿Por qué motivo?

-Negocios, por decirlo de alguna manera.- no recibió respuesta durante un rato. Al rato, la puerta de la casa se abrió.

-Deja las armas en la entrada y sube al segundo piso, la puerta del fondo.

Era un hombre precavido, pero tampoco era un gran problema desprenderse de las armas, aún tenía su magia por si acaso. Dejó la espada que acababa de adquirir en la entrada y subió las escaleras. La casa estaba bastante desordenada, se notaba que este hombre vivía solo y que pocas veces salía de casa. Subió las escaleras y se dirigió a la puerta del fondo del pasillo como le había ordenado el misterioso hechicero. La puerta estaba cerrada, había algo raro. Rackzel siempre la enseñó a desconfiar hasta de las puertas. Quizá fuera una descortesía con su anfitrión pero tenía que comprobar la puerta antes. Como pensaba había una trampa, pero era completamente diferente de cualquier cosa que hubiera visto. La magia se componía de símbolos y la visión de un mago le permitía ver los símbolos de los que está hecho un hechizo. Alguien normal no se podría haber dado cuenta que había una trampa dentro de la trampa, pero Lust había sido muy bien entrenada por Rackzel. Primero manipuló el símbolo para quitar la primera trampa y después utilizó un hechizo básico para cualquier mago: ”Disipar”

Si hubiera intentado Disipar antes de quitar la primera trampa, se habría activado igualmente pero ahora ya estaba segura. “¿Qué pretende este hombre?” –pensó mientras se adentraba en la habitación del mago.

1 comentario:

  1. Atención: "De todos modos, Lust ya había decidido hacía tiempo que no quería que la protegieran. Su madre murió cuando era pequeña y Rackzel la salvó y se encargó de cuidarla. Pero estaba cansada de ser la que debían proteger..." No era un la lo que faltaba sino una a... "estaba cansada de ser a la que debían proteger"

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